Son las palabras
que no atraviesan,
se quedan tras tu puerta
expectantes.
Son las palabras
que no se cuelan por la ventana
y sin que se las lleve el viento
tampoco están
sino en la sangre raspando venas.
Son las palabras
dichas, sí
pero desde un eterno sueño,
desde un lugar de polvaredas
y sequías personales.
Son esas palabras,
las mías
sin sabor, resquebrajadas
retornando a mi garganta
agitando una bandera de rendición
cuando ni siquiera se hubo librado una batalla.
Me gusta mucho esta poesía. Gracias por tu visita a mi blog. Saludos,
ResponderEliminarGracias Maia por tu visita también-
ResponderEliminarSaludos
Pero estas palabras difieren mucho de las que retornan a tu garganta...o no?
ResponderEliminarBesos
Si no son dichas, son palabras?
ResponderEliminarpaluchax: son distintas a partir de decirlas supongo...besos
ResponderEliminarntqvca: fueron dichas y ahora quisieran no haber sido proferidas...saludos